En el siglo XXI, ya no está en discusión si los niños con rotura del ligamento cruzado anterior se deben o no operar. Sin embargo tienen unas tasas de rotura del injerto colocado en las cirugías del 20% (usando sus propios injertos) o del 40% (donantes de bancos de tejidos). Utilizando el tendón de la madre o del padre, evitamos dañar al joven paciente extrayéndole su propio tendón para el injerto, el cual además suele ser de escaso tamaño. También le realizamos un refuerzo lateral para disminuir la posibilidad de fallo. Después de 10 meses, ya autorizamos a volver al deporte habitual.