Los meniscos son fibrocartílagos en forma de semiluna que rellenan los espacios comprendidos entre las superficies articulares del hueso de la pierna (tibia) y del hueso del muslo (fémur). Existe un menisco en la parte interna (el menisco medial) y otro en la parte externa de la rodilla (el menisco lateral). Son importantes para la estabilidad y la funcionalidad de la articulación de la rodilla, y también absorben golpes y disminuyen el desgaste del cartílago.

Es una de las lesiones mas frecuentes de la rodilla.

Cuando se rompen, se puede bloquear total o parcialmente la rodilla, o simplemente manifestarse como un dolor en los movimientos de giro o posiciones con la articulación muy flexionada. Las personas más jóvenes suelen lesionarse los meniscos practicando deportes. Las personas de más edad suelen padecer roturas por desgaste.

Es muy importante saber cómo afecta esta lesión a su actividad habitual, cuánto dolor le genera, y cuáles son sus expectativas respecto al tratamiento propuesto.

Aunque tener una rotura del menisco no necesariamente implica una intervención quirúrgica, ésta puede requerir diferentes alternativas:

Meniscectomía

Consiste en la resección del tejido meniscal roto. El objetivo es mantener la mayor cantidad de menisco posible. Esta técnica sólo se utiliza cuando el tejido meniscal no sea reparable.

Sutura Meniscal

Consiste en la reparación con suturas de la rotura meniscal, sin resecar nada de tejido. Exige un gran manejo de la técnica artroscópica.

Sustitutos meniscales

En casos de resecciones meniscales previas con cierta cantidad conservada de tejido meniscal, el defecto creado puede completarse con un sustituto meniscal sintético (Actifit).

Trasplante meniscal

En los casos que el paciente presente sintomatología secundaria a la resección previa de todo el menisco. En estos casos, el menisco proviene de un banco de tejidos.

Corrección de la alineación de la extremidad inferior (osteotomía). Suelen estar indicadas en casos en que la desviación repercute de forma significativa en el buen funcionamiento de la rodilla.

Terapia con plasma rico en plaquetas (PRP). El tratamiento con PRP, ampliamente y erróneamente conocidos como “factores de crecimiento”, tiene como función aminorar el componente inflamatorio sin haberse demostrado que generen una regeneración del tejido dañado. Sin embargo en ocasiones puede indicarse cuando un tratamiento quirúrgico no pueda realizarse por diferentes motivos.

Terapia con células madres. Las terapias biológicas son uno de los retos del presente y del futuro. Se indican en casos puntuales para promover la curación. No está extendido su uso aún para tratar las lesiones meniscales.

Llegada la necesidad de su tratamiento quirúrgico en cualquiera de sus modalidades, el paciente es instruido para los cuidados previos a su cirugía con unas indicaciones sencillas. 

Después de la cirugía

El día posterior a la cirugía y antes de marcharse a casa, el paciente recibe toda la información necesaria en relación a los cuidados postoperatorios  y deja el hospital con una cita a los 10 días aproximadamente, para revisar la herida quirúrgica y retirar los puntos.

Rehabilitación

Los ejercicios postoperatorios luego de una cirugía de los meniscos dependen del tipo de cirugía realizada en ellos. en fases, y como norma general, no se debe pasar a la siguiente hasta alcanzarse el objetivo planteado al inicio de cada fase. De todas maneras, los ejercicios precisos que se puedan realizar dependen en última instancia del tipo de cirugía a la que se haya sometido

Primera fase general

Control del dolor y la inflamación

Usted observará que su rodilla se encuentra dolorida e inflamada los primeros días. Para mejorar esto, es recomendable:

  • Mantener tanto como sea posible la pierna elevada.
  • Aplicar hielo por 15 minutos 4 o 5 veces al día.
  • Tomar los antiinflamatorios y analgésicos recomendados.
  • Usar la medicación pautada como de rescate si hay dolor intenso.

Meniscectomía o resección meniscal simple

  • Utilizar las muletas a demanda, según la tolerancia al dolor.
  • Movilidad sin limitaciones, aumentar progresivamente.
  • Ejercicios de tonificación generales.
  • Progresión de todos estas recomendaciones progresivamente, para evitar dolor que limite la recuperación.

Sutura o reparación meniscal

  • Utilizar muletas para la deambulación según necesidad.
  • Movilidad: hasta 90º entre semanas 0-6, pero sólo en descarga. Luego aumentar progresivamente la movilidad.
  • Carga: entre semanas 0-3, exclusivamente con rodilla fija en extensión con inmovilizador. Entre semanas 3-6 ya incluyendo movilidad hasta 90º. Posteriormente según tolerancia, progresivamente.
  • Ejercicios de tonificación generales.
  • Progresión de todos estas recomendaciones progresivamente, para evitar dolor que limite la recuperación.

Sustitución o trasplante meniscal

  • Utilizar muletas para la deambulación según necesidad.
  • Movilidad: hasta 90º entre semanas 0-6. Luego aumentar progresivamente la movilidad.
  • Carga: nada de carga entre semanas 0-3. Entre semanas 3-6 carga parcial progresiva con movilidad hasta 90º. Posteriormente según tolerancia, progresivamente.

  • Ejercicios de tonificación generales.
  • Progresión de todos estas recomendaciones progresivamente, para evitar dolor que limite la recuperación.