La extensión completa de la rodilla es esencial para un normal funcionamiento de la misma. Mientras que una cierta pérdida de flexión es bien tolerada, perder tan sólo unos pocos grados de extensión generan un desequilibrio en la marcha con una cojera al caminar y que incluso puede repercutir generando dolor en la cadera y a nivel lumbar. La rodilla tiene más capacidad de tolerar la inflamación a unos 20º de flexión. Por eso la tendencia habitual es que las personas tras una operación tiendan a poner la rodilla ligeramente doblada. Es por ello que tras una cirugía, se debe trabajar intensamente en la recuperación de la extensión completa. Este trabajo debe realizarse con alta intensidad en las primeras 8 semanas. Pasadas los primeros 2 o 3 meses, la capacidad de ganar más extensión disminuye considerablemente. Mientras que pasado este tiempo un déficit de flexión puede ser recuperado con relativa facilidad con una cirugía simple liberando la adherencias, el tratamiento quirúrgico de una limitación de la extensión es mucho más complejo de ser corregido.

A continuación puede ver un vídeo ilustrativo de varios ejercicios recomendados para recuperar la extensión completa. En todos los casos, debe tener en cuenta lo siguiente:

  • Sea constante y paciente. No pretenda recuperar todo en 1 día.
  • Es necesario que la presión sobre la rodilla sea realizada de forma constante, no por presiones intermitentes o tirones.
  • El ejercicio más efectivo es colocando un objeto bajo el tobillo como una toalla enrollada, y otra persona aplicando presión sobre la rodilla por unos 10-15 minutos de forma constante, sin descansar en ningún momento para que las adherencias no retomen su posición inicial.
  • Aplicar hielo por 10 minutos al acabar la sesión, o incluso durante ella.
  • Repetir entre 2 a 4 veces al día, según necesidad.
  • Nunca coloque nada debajo de su rodilla mientras descansa, aunque sea la posición más placentera.