La inestabilidad femoropatelar puede representar un desafío. Este es el caso de un paciente de 31 años que había sido intervenido en dos ocasiones el año anterior. Un año atrás, se sometió a una medialización de la tuberosidad anterior de la tibia (TTA) y a una reconstrucción del ligamento femoropatelar medial (LPFM). Después del fracaso, sus cirujanos decidieron hacer avanzar el vasto medial (procedimiento de Insall) 6 meses después. El paciente llegó a mi consulta con una rótula derecha crónicamente luxada, incapaz de flexionar más de 40º y en una situación de absulota invalidez. Le realizamos por consiguiente esta compleja cirugía, donde se corrigió su displasia troclear con una trocleoplastia, el LPFM fallido con una nueva reconstrucción, y también una generosa nueva medialización de la TTA.